El consejero delegado de Minsait dimite en plena reorganización de Indra
La compañía afronta la reestructuración de buena parte de su consejo de cara a las posibles adquisiciones que planea en defensa, como Escribano, la rama militar de Iveco y Santa Bárbara


Movimientos tectónicos en el consejo de administración de Indra. El consejero delegado de Minsait, su división de soluciones de transformación digital, Luis Abril, ha informado en el consejo celebrado este martes que dimite de su cargo —su mandato caducaba este año—, según informan fuentes cercanas a la compañía a este periódico y ha confirmado posteriormente Indra en un comunicado a la CNMV. Según estas fuentes, el presidente de Indra, Ángel Escribano, pidió a Abril que dejara el consejo con el argumento de que ya hay tres consejeros ejecutivos, algo que le parece excesivo —el propio Escribano; el consejero delegado, José Vicente de los Mozos, y Abril—, aprovechando que su mandato caducaba este año. Abril manifestó entonces que salir del consejo también debería de llevar aparejado abandonar el grupo tecnológico, algo que no hará hasta septiembre para así asegurar “un traspaso y sucesión ordenada en el liderazgo de Minsait”, tal y como admite la propia Indra en su comunicado.
En dicho documento, se detalla que la salida se produce tras “un acuerdo” por el cual “no se someterá su reelección a la próxima junta general ordinaria, extinguiéndose, con fecha 25 de junio, el contrato de prestación de servicios ejecutivos que le vincula” a Indra. También se marcha el exvicepresidente mundial del grupo Volkswagen, Francisco Javier García Sanz, que ocupaba un asiento en el consejo como independiente. Indra someterá a aprobación de la junta general ordinaria el nombramiento de Eva Fernández Góngora y de Oriol Pinya Salomó como nuevos consejeros independientes de la empresa. Dicha junta general ordinaria de accionistas se celebrará el 26 de junio.
Otras fuentes cercanas a la compañía indican que su adiós se debe al desacuerdo que mantiene con la dirección por el rumbo tomado por la compañía en el ámbito de las compras en defensa, lo que ha relegado a un segundo plano a Minsait, la rama de negocio que más facturación aporta a la empresa —en el primer trimestre fueron 742 millones, más de la mitad de los 1.164 millones que ingresó Indra—. “No lo querían en el consejo”, añaden las citadas fuentes.
El adiós de Abril se produce en un momento especialmente sensible, después de que se conociera que la tecnológica española aspira a comprar Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), empresa fundada por el actual presidente de Indra, Ángel Escribano, y que ahora preside su hermano Javier. Ambos cuentan con asientos en el consejo de administración de la tecnológica que, además de en EM&E, ha mostrado interés en otras empresas del sector, como la rama militar de la automovilística italiana Iveco (IDV), una operación en la que compite con otras tres ofertas: la de Leonardo y Rheinmetall; otra de una firma australiana y una del fondo estadounidense Bain Capital. La operación podría rondar los 1.000 millones, un precio menor al que Javier Escribano le ha puesto a EM&E, de la que ha asegurado que vale más que eso.
“Estamos analizando compañías españolas, europeas y también de fuera de Europa. Hay pequeñas y medianas empresas, aunque en algún caso puede haber alguna grande”, indicó la semana pasada el consejero delegado de Indra, José Vicente de los Mozos, durante la celebración de la IV edición de la Feria Internacional de Defensa y Seguridad en España (Feindef), que tuvo lugar en Madrid. Fuentes cercanas a la empresa recuerdan a este periódico que Abril fue parte del consejo que aprobó el plan estratégico con el que Indra planea facturar 10.000 millones en 2030 y en el que se contemplaba el crecimiento inorgánico en defensa, es decir, la compra de empresas del sector.
A esto se suma el interés de Indra en comprar Santa Bárbara, en manos de General Dynamics European Land Systems (GDELS), que se dedica a la fabricación y mantenimiento de blindados y vehículos militares. La negativa de GDELS a vender Santa Bárbara llevó a Indra a recalibrar sus cañones hacia la planta que Duro Felguera tiene en El Tallerón (Gijón). Cabe recordar que tanto en Indra, donde es su mayor accionista, como en Duro Felguera, donde es su principal acreedor, la SEPI tiene una gran influencia.
En este contexto, Indra firmó la semana pasada un acuerdo con Rheinmetall en el ámbito de vehículos terrestres, lo que demuestra el interés claro de la tecnológica española de crecer en este campo. “Indra es una empresa líder en tecnología, pero industrialmente no lo somos, porque solo hacíamos prototipos (...) Hay empresas que nos pueden encajar, pero que a lo mejor no podemos comprar”, dijo De Los Mozos la semana pasada.
De cara a la operación de EM&E, Escribano tiene asegurado el apoyo de Amber Capital, el cuarto accionista de Indra con un 7,24% del capital, y el principal accionista de PRISA, editor de EL PAÍS y CincoDías, siempre y cuando se respeten las normas de buen gobierno. Además, contaría con el apoyo de la SEPI (tiene un 28%) y de la propia EM&E, que cuenta con el 14,3%. En cuanto a Sapa —es el tercer accionista de Indra con el 7,94%—, la compañía vasca “está pendiente de analizar la operación, pero no se ha posicionado en contra como tal de la compra de EM&E”, según afirma la compañía a este medio. Sapa reitera que “es un asunto que debe tratarse en el consejo”.
Aun así, para que la operación salga adelante, los Escribano deberán convencer al menos a una parte de los siete consejeros independientes de Indra, seis de los cuales también finalizan su mandato este año. En total, 11 de los 16 miembros del consejo verán expirar su mandato en 2025, entre los que se incluyen los tres de la SEPI, el de Sapa, un ejecutivo y los independientes ya mencionados.
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