Las eléctricas reabren el debate sobre los poderes y la independencia de REE tras el apagón
Red Eléctrica rechaza las acusaciones de conflicto de interés y defiende que su modelo integrado de operador del sistema y gestor de la red es eficiente y actúa siempre en beneficio del interés general

Red Eléctrica defiende su modelo tras el apagón del pasado 28 de abril. Después del fundido a negro en toda España, las eléctricas han reabierto el viejo debate sobre la idoneidad de que el operador del sistema sea también el operador de la red de transporte de alta tensión. Con la compañía en el ojo del huracán por su potencial responsabilidad en el blackout nacional, han vuelto las acusaciones de conflicto de interés, falta de independencia e ineficiencia de la estructura de la compañía.
Ante este panorama, Red Eléctrica ha decidido salir al paso y defender su modelo y su actuación en la investigación que se ha activado tras el apagón. Respecto de su estructura societaria, fuentes oficiales de la compañía recuerdan que “el operador del sistema se configura por la Ley como una unidad orgánica específica, separada contable y funcionalmente dentro de Red Eléctrica, bajo la constante supervisión de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia, y que actúa siempre en beneficio del interés general, con sometimiento (también por imperativo legal) a los principios de transparencia, objetividad, independencia y eficiencia económica”.
Además, la empresa rechaza ser juez y parte, como deslizan algunos actores del sector eléctrico privado, y niega cualquier problema de independencia en la investigación y los intercambios de datos entre las eléctricas y el operador del sistema: “Las actuaciones de Red Eléctrica relacionadas con el incidente del 28 de abril tienen como propósito fundamental colaborar con las autoridades, en particular con el Gobierno central, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia y la Audiencia Nacional en sus investigaciones administrativas y judiciales. Se trata, por tanto, de actuaciones llevadas a cabo en un marco legal que excluye cualquier posibilidad de conflicto de interés en el operador del sistema”, señala a preguntas de este diario.
Tras la desconexión en toda España, el peor incidente del sistema eléctrico español cuyas causas aún están por dilucidar, empezaron a surgir las primeras dudas sobre la idoneidad de que el operador del sistema sea a su vez el gestor de la red de transporte de alta tensión.
Fuentes del sector airearon un informe de la CNMC de mediados de 2024 en el que se pedía reforzar la independencia del operador del sistema. La institución presidida por Cani Fernández había advertido previamente de que el modelo en el que el operador del sistema y la red de alta tensión funcionan bajo el mismo accionista podía incurrir en conflicto. En ese sentido, ponía el foco sobre la estructura retributiva y criticaba que la directora del operador del sistema cobrara a largo plazo en acciones de Redeia.
La cuestión no quedó ahí. Fuentes conocedoras de la investigación señalan que las propias compañías también han recomendado al Gobierno la escisión de Red Eléctrica después del apagón. El Ejecutivo está siendo activo en la investigación y ya ha tenido reuniones con el comité de investigación en la sede de Iberdrola y Endesa, las principales eléctricas y quienes suman más kilómetros de red de baja tensión.
En el sector notan la presión sobre Red Eléctrica en otros flancos. La diputado del PNV, Idoia Sagastizabal, puso encima de la mesa de la presidenta de la CNMC en la comisión convocada con motivo del apagón la idoneidad de la estructura de Red Eléctrica. La diputada vizcaína, provincia donde se ubica la sede de Iberdrola -el mayor contribuyente fiscal de la hacienda foral-, preguntó a Cani Fernández si convendría separar las funciones de Red Eléctrica. En sus explicaciones advirtió que el operador del sistema planifica las inversiones de la red de alta tensión. A dicha pregunta, la presidenta de la CNMC puso en valor su labor supervisora y su función para garantizar la independencia. No obstante, respecto de la posible escisión, puso el foco en el Gobierno: “Es una decisión de carácter legislativo”, señaló.
La crítica de fondo, un debate que viene de hace casi dos décadas, es que la empresa que se beneficia de la retribución de las inversiones en red es quien planifica dichas inversiones, por lo que su independencia podría estar cuestionada dado que tendría el incentivo a hacer inversiones más allá de lo necesario. En este sentido, destacan el ejemplo de Reino Unido, que hace dos años ya separó el operador de la red. Por el contrario, la mayoría de países europeos de nuestro entorno mantienen una estructura similar a la que existe en España.
Las eléctricas no sólo cuestionan el modelo de Red Eléctrica, sino que en sus recomendaciones al Gobierno también han puesto encima de la mesa la posibilidad de que el operador del sistema eléctrico se fusione con el gestor técnico del sistema gasista, algo que ya ocurre en Portugal.
La escisión de Red Eléctrica es un tema altamente sensible. La red de alta tensión es un activo codiciado. Además, el fuerte nivel de inversiones que tendrá que hacer en los próximos años le garantiza unos importantes retornos. Máxime después del apagón. Analistas de Goldman Sachs creen que habrá que dar un refuerzo retributivo para impulsar la inversión en redes que sean capaces de integrar la fuerte penetración de renovables.
Esos cuantiosos retornos que da la red son un fuerte incentivo para que Redeia no quiera perder dichos activos, en los que están invertidos grandes fondos como BlackRock, la mayor gestora del mundo, o Pontegadea, el brazo inversor de Amancio Ortega, primera fortuna en España.
Luis Atienza, expresidente de Red Eléctrica y exministro del Gobierno de Felipe González, cree que las empresas nunca han digerido bien la creación de Red Eléctrica, que rompía la posición integrada total entre generación y comercialización que hasta entonces tenían. Según considera Atienza, el modelo es fundamental para garantizar que los nuevos actores de renovables pueden entrar a competir en igualdad de condiciones, dada su posición neutra respecto de los generadores. Además, argumenta que el hecho de que el operador del sistema y la red de alta tensión estén integrados es clave para operar todo el sistema con la mayor eficacia.
En este sentido, el expresidente de REE hasta 2012 destaca que el apagón que se produjo en Italia en 2003 tuvo una reposición muy lenta, lo que llevó a las autoridades transalpinas a volver a juntar la red de transporte con el operador, una de las pocas que estaban separadas en Italia. Respecto del ejemplo de separación de Reino Unido cree que se debe a la privatización completa de la red. En realidad lo que hizo Gran Bretaña es tomar el control de su operador del sistema, señala Atienza, que ya tuvo que lidiar con Miguel Sebastián para frenar un intento de separación del que fuera ministro de Industria en el Gobierno de Zapatero.
Otros defensores de la estructura de Red Eléctrica creen que las eléctricas buscan posicionarse en activos altamente cotizados. En este sentido, Iberdrola es un actor destacado en gestión de redes de alta tensión en países como EE UU o Brasil. En su plan estratégico, la inversión en redes es uno de los focos principales. De hecho, en los últimos días ha realizado una inversión en una pequeña red de baja tensión en el levante español. Para Endesa, las redes también son un activo clave. Compró recientemente la red de baja tensión de Ceuta. Tanto Iberdrola como Endesa han mostrado en el pasado su interés por invertir en redes en Portugal.
Además, fuentes del sector próximas a Red Eléctrica creen que los primeros que incurren en conflictos de interés son las propias eléctricas que posee las redes de baja tensión y a su vez tienen una posición dominante en generación y comercialización.