Procter & Gamble despedirá a 7.000 empleados de oficinas en los próximos dos años

Procter & Gamble, la compañía de productos de gran consumo dueña de marcas como Fairy o Gillette, ha puesto en marcha un plan de reestructuración a dos años que contempla el recorte de 7.000 empleos en puestos de oficina, el 15% del total, según ha anunciado en una presentación con inversores este jueves.

La compañía no detalla en la misma en qué países afectará la medida, la cual está enmarcada en un plan de reestructuración a dos años con el que el gigante del gran consumo quiere ahorrar costes en tres áreas: su gama de productos, su cadena de suministro y su organización interna. En la primera, el plan incluye la salida de algunas marcas de su portfolio, contemplando incluso la venta de algunas de ellas, y un potencial abandono de determinados mercados.

En la cadena de suministro, Procter & Gamble habla de una mejora en las eficiencias productivas, una mayor rapidez de innovación y una mejora en su fiabilidad y resistencia. “Estos cambios en la cartera de producto nos permitirá intervenir en la cadena de suministro, redimensionando y dirigiendo la producción de forma correcta para impulsar la eficiencia, la innovación, la reducción de costes y un suministro más confiable”, ha descrito Andre Schulten, responsable financiero del grupo.

En lo relativo a su organización interna, Procter & Gamble dice querer diseñar una empresa “más integrada”, con una mayor rapidez en la toma de decisiones. Ahí entran los 7.000 despidos anunciados. “Vemos oportunidades para ampliar los roles y reducir los equipos, haciendo el trabajo sea más rápido y eficiente, aprovechando las oportunidades de digitalización y automatización”, ha añadido.

A cierre de su último ejercicio fiscal, el 30 de junio de 2024, la compañía contaba con una plantilla de 1.000 personas en España y Portugal.

Esta reestructuración tendrá un coste de entre 1.000 y 1.600 millones de dólares, según han detallado los responsables de la compañía, y será ejecutado de forma casi completa durante el próximo ejercicio fiscal, que iniciará el 1 de julio. “La mayoría de los beneficios del plan los obtendremos en el siguiente”, ha dicho Schulten.

El plan llega después de unos resultados, los de su tercer trimestre, que reflejaban cierta debilidad en la evolución de la compañía. En los mismos, Procter & Gamble revisó a la baja sus previsiones de beneficio por acción para el conjunto del ejercicio: de una estimación inicial de crecimiento de entre el 10% y el 12%, ha pasado a una horquilla de entre el 6% y el 8%. Además, durante el ejercicio pasado, la compañía ha reconocido un impacto de 1.300 millones de dólares antes de impuestos vinculados a un deterioro en la marca Gillette.

En los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal, Procter & Gamble acumulaba unas ventas de 63.395 millones de dólares, unos 55.500 millones de euros al cambio actual, lo que supone una ligera caída respecto al mismo periodo del año anterior. En el tercer trimestre la misma fue mayor, del 2%. Sin embargo, la multinacional sí registraba avances en su resultado operativo (+9,8%) y en su beneficio neto, de 12.359 millones de dólares (10.820 millones de euros), un 5,2% mejor.

En sus informes trimestrales, Procter & Gamble ha reconocido el impacto que los cambios en las políticas arancelarias tienen en su negocio, aunque no las ha señalado como motivo de sus menores ventas en lo que va de ejercicio. Su presidente y consejero delegado, Jon Moeller, señalaba en la última presentación de resultados que el entorno era “retador”, dada la volatilidad del consumo y el “entorno geopolítico”.