CaixaBank planta cara al BBVA y al Sabadell y crece un 20% anual en préstamos a pymes
El banco que pilota Gonzalo Gortázar pone el crecimiento en empresas como una sus líneas estratégicas

Las pequeñas y medianas empresas se han convertido en un objeto de deseo de los bancos nacionales. El BBVA busca crecer en este segmento con la adquisición del Sabadell, una entidad cuya principal fortaleza comercial está en este segmento de empresas. Pero el resto de bancos no se lo pondrán fácil. CaixaBank también ha echado el resto y en 2024 ha crecido un 20% en este tipo de préstamos, con 16.570 millones de euros. Esto se traduce en 128.000 operaciones, un 15% más.
La entidad que pilota Gonzalo Gortázar definió el otoño pasado sus nuevas líneas estratégicas, a cumplir entre 2025 y 2027. Entre sus pilares estratégicos sitúa acelerar el crecimiento de sus volúmenes, de modo que sitúa en el 4% el avance anual del negocio. Uno de los cimientos de este avance prevé que sea precisamente el área de empresas; confía en aprovechar un alza esperada en el crédito empresarial, con el foco en la mediana empresa y una previsión de sumar un 5% de volumen de negocio. En pymes, en concreto, busca acelerar un 19%.
Esta senda de crecimiento se mantuvo en el arranque de año. Según sus últimos resultados trimestrales, los que abarcan entre enero y marzo de 2025, la cartera de crédito de la entidad creció un 3% interanual y casi un 1% con respecto al último trimestre del 2024, hasta los 355.000 millones de euros. De ellos, el saldo de préstamo empresarial se incrementó un 4,6%, con un ritmo de crecimiento trimestral del 4%, de 11.000 millones. De este crecimiento en crédito empresarial, el 60% se corresponde con pymes.
Para alcanzar estos datos, la entidad cuenta con 72 centros especializados en pymes, conocidos como Store Pymes, además de 142 centros de empresa distribuidos por toda España y más de 100 gestores de apoyo a esta red. Igualmente oferta líneas de financiación especializada, incluyendo opciones de factoring, confirming y renting. También cuenta con líneas de liquidez específicas para proyectos puntuales y productos para la gestión de cobros y pagos.
Esta ofensiva se circunscribe en un momento de especial tensión en el mercado de pymes, pues está en el corazón de la opa del BBVA sobre el Banco Sabadell. El banco catalán centró su defensa en el proceso de tramitación ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) precisamente en su papel relevante en la financiación a pymes. Según su visión, representa un papel clave por su papel en este segmento de mercado, de modo que reclamaba a Competencia que obligase al BBVA a vender el negocio de pymes del banco conjunto. Su argumento es que trabajan con una de cada dos pymes y que obligatoriamente establecen relaciones con más de un banco, entre tres y cuatro de media.
La CNMC no fue tan lejos, si bien tanto en su análisis en la primera como en la segunda fase admitió que la transacción entrañaba riesgos tanto en un posible empeoramiento de las condiciones comerciales a las pymes como en la reducción del acceso al crédito de estas. Finalmente impuso una serie de compromisos (remedies, en la jerga), como mantener una única política comercial a nivel nacional, con precios medios nacionales, así como mantener las líneas de crédito a corto plazo durante tres años (ampliable por dos más) y las de medio y largo plazo con una cuota con los bancos en liza superior al 85%, el 50% para los de Cataluña y Baleares.
El apetito de CaixaBank por este segmento pone de manifiesto que, además de estas cuestiones de competencia, el segmento de pymes es codiciado por los bancos. También el BBVA busca crecer en empresas, al margen del salto que le permitiría la opa de llevarse a buen término. De hecho, en el nicho de empresas medianas ha incrementado la producción de crédito en un 6,3%. También otras entidades con una presencia más pequeña en España, como ING, han citado la banca de empresas como uno de sus axiomas para crecer.
Para todos ellos, de completarse la adquisición del Sabadell, supondría una oportunidad para crecer en base a las sinergias negativas que se generarían; esto es, de los clientes que en el marco de la fusión decidiesen cambiar de banco.
Sobre la firma
