De Coinbase a eToro pasando por Strategy: las empresas cripto pisan fuerte en Wall Street
Los analistas advierten de que los activos digitales han venido para quedarse. Se esperan más salidas a Bolsa y más interconexión con los mercados tradicionales

Wall Street se tiñe de naranja, el color del bitcoin. Las criptomonedas irrumpen en los índices estadounidenses de la mano de las empresas del sector: eToro, una de las principales plataformas globales de inversión en acciones y criptoactivos, debutó hace tan solo unos días en el Nasdaq Composite. Strategy, la empresa de software que se ha convertido en un acumulador de bitcoin, entró en el Nasdaq 100 el pasado diciembre. Y este lunes es el turno de Coinbase, el mayor mercado de criptomonedas de Estados Unidos, que da el salto al S&P 500. Es la primera compañía del sector que entra en el índice bursátil que agrupa a las mayores cotizadas estadounidenses.
Su cotización se ha disparado un 30% desde el anuncio del pasado lunes. Entrar en el índice de referencia de la Bolsa de Nueva York le permite ampliar su base de inversores y levantar más capital. De hecho, si bien debutó en el parqué bursátil en 2021, durante años tuvo que lidiar con un entorno regulatorio hostil, que generó una sequía de salidas a Bolsa entre las empresas del sector.
Pero la victoria de Donald Trump ha sido un catalizador para la industria. Si bien sus anuncios han afectado al mercado cripto y no siempre para bien —los aranceles impulsaron pérdidas significativas tanto para bitcoin como para las altcoins—, su promoción directa de los activos digitales, el nombramiento de funcionarios procripto y el cambio de la cúpula de la SEC, ahora liderada por Paul Atkins, abiertamente procripto, ha cambiado por completo la suerte de la industria. El pasado febrero el supervisor decidió retirar su demanda contra Coinbase —según la SEC las monedas digitales vendidas en su plataforma constituían valores no registrados— archivando el caso.
“Primero te atacan, luego te meten en el S&P 500″ es el titular del último informe de la gestora Bernstein sobre la empresa. “Coinbase ha pasado de estar en un litigio intenso con la SEC hace apenas unos meses a incorporarse al S&P 500″, recuerdan. Con una capitalización de mercado de 66.600 millones, estiman que la compañía representaría el 0,1% del índice y un 0,7% de la asignación al sector financiero. “Coinbase podría recibir alrededor de 9.000 millones de dólares en asignaciones pasivas [como ETF] a través de fondos vinculados al S&P 500 y potencialmente 7.000 millones adicionales de asignaciones activas”.
Para Coinbase, que cuenta con más de 320.000 millones de dólares en activos y alrededor de 10 millones de usuarios activos, es una semana clave para su negocio. Pero el entusiasmo se enfrió el jueves, cuando anunció que había sido víctima de un ciberataque, en el que los hackers lograron robar datos personales de los usuarios tras sobornar a trabajadores de la firma. Sus títulos se dejaron un 7,2% en la sesión.
No obstante, varias empresas cripto buscan imitar su recorrido en Bolsa. Desde hace meses se rumoreaba el estreno bursátil de eToro, que se concretó el pasado 14 de marzo. Su debut fue exitoso: tras fijar un precio de salida de 52 dólares por acción, en la primera sesión cerró con un repunte del 28%. DeFi Technologies, una firma que se dedica a desarrollar productos cotizados en Bolsa para monedas menos conocidas, como Hedera y Dogecoin, también se estrenó en el Nasdaq la semana pasada.
Otras se preparan para dar el salto. La plataforma cripto Gemini, de Tyler y Cameron Winklevoss, estaría en conversaciones con posibles asesores para debutar este año. El custodio cripto BitGo y el exchange Kraken también estarían evaluando una posible salida a Bolsa, mientras Circle, emisora de USDC, la segunda stablecoin más importante en el mercado, presentó recientemente los documentos para una oferta pública de venta (OPV) ante el regulador estadounidense.
Pero Wall Street también abrió sus puertas a compañías que acumulan criptomonedas en sus reservas. Es el caso de Strategy, que ha superado una capitalización de 112.000 millones después de invertir en bitcoin: ahora mantiene casi 570.000 unidades, por un valor de unos 59.000 millones, un 2,7% del total en circulación. En diciembre, en la revisión anual del índice, se hizo un hueco en el Nasdaq 100, aunque su entrada no ha estado exenta de críticas.
El negocio “original” de la compañía es proporcionar software a empresas y, por ello, está clasificada como una compañía tecnológica. No obstante, en cinco años se ha convertido en un instrumento de inversión indirecto para gestores de carteras o inversores que buscan exposición a bitcoin desde la inversión tradicional. Michael Lebowitz, gerente de cartera en RIA Advisors, dijo a Bloomberg que sin su bitcoin, Strategy es “esencialmente una empresa muerta” y que debería reclasificarse como una firma financiera: “El 100% del valor de la empresa es bitcoin, así como las operaciones financieras relacionadas, por lo que es una empresa financiera”.
Lo cierto es que los activos digitales están irrumpiendo en Wall Street. “Bitcoin y las criptomonedas traen más clientes, más activos, más ingresos y más ganancias. A Wall Street le encantan las cuatro cosas (...) ¿Adivina quién gana dinero con las RTOs [recepción y transmisión de órdenes bursátiles]? Los bancos de Wall Street. ¿Quién gana cada vez que Strategy compra más bitcoin y su acción sube? Los fondos de cobertura de Wall Street. ¿Y quién gana dinero cuando Coinbase entra en el S&P 500? Los gestores de activos y los inversores en fondos indexados de Wall Street", resume el inversor y empresario estadounidense Anthony Pompliano.
Manuel Pinto, analista de mercados, asegura que el mundo cripto está en un punto de inflexión. Se ha consolidado como un activo más, con productos financieros que permiten replicar su precio y amplían la aceptación de los inversores. Por ello, considera que las empresas relacionadas con estos activos tendrán cada vez mayor peso: “Hasta hace poco podríamos considerar estas inversiones como especulativas o de corto plazo, pero es un sentimiento que poco a poco va cambiando”.
La entrada de estas empresas en los índices bursátiles mejora su reputación, ya que para acceder a ellos tienen que haber cumplido requisitos legales, contables y de transparencia. No obstante, Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Universitat de València y director de estudios financieros de Funcas, recuerda que muchos inversores no conocen este mercado y no saben “donde se meten”. “Es un paso hacia la legitimación pero con riesgos, ya que están vinculados a instrumentos de elevados riesgo”, asegura.
A esto, Judith Arnal, investigadora principal del Real Instituto Elcano y del Centro de Estudios de Política Europea, añade el impacto sobre la estabilidad financiera, ante la creciente interconexión entre el mundo cripto y Wall Street. “Una expansión agresiva de este mercado sin suficiente supervisión podría aumentar los riesgos en caso de crisis de liquidez o colapsos de grandes plataformas”, apunta.