Las claves: una intrincada búsqueda de responsables
Ocurre con las crisis que, en un alarde transversal de humanidad, los actores se posicionan casi idénticamente: defendiendo lo suyo (y señalando al otro)


Ocurre con las crisis que, en un alarde transversal de humanidad, los actores se posicionan casi idénticamente: esto es, defendiendo lo suyo (y señalando al otro). Apenas unas horas después del gran apagón de hace unas semanas, el presidente del Gobierno compareció en una rueda de prensa en la que aludió a Red Eléctrica con el cartelillo inicial de “operador privado” –ese del “que usted me habla”, como diría Rajoy–, a pesar de la evidente conexión política de la presidenta de su matriz (exministra socialista) y de que su mayor accionista es el brazo industrial del Estado. Nimiedades. Tampoco tardó mucho el Ejecutivo en señalar a las eléctricas. Las compañías, por su parte, siguen esta línea y señalan a su vez al operador del sistema, que es también gestor de la red, por un posible conflicto de intereses. También es el que lleva el peso de la investigación sobre lo ocurrido en el apagón, lo que lo coloca en la posible posición de actuar al mismo tiempo como juez y como parte. El lío está servido en esta intrincada búsqueda de responsabilidades por una crisis de la que los ciudadanos siguen sabiendo entre poco y nada.
Cepyme estará ahora en línea con CEOE, pero la división interna sigue ahí
Cepyme, patronal de las pequeñas y medianas empresas, está integrada en CEOE, pero su hasta ayer jefe, Gerardo Cuerva, estaba enfrentado al de su hermana mayor, Antonio Garamendi, que avala a la nueva presidenta, Ángela de Miguel. Desde el entorno de Cuerva se dice que Garamendi temía que aquel se presentara a presidir la CEOE (el propio líder vasco dirigió Cepyme antes de ir a por la pieza mayor). La votación fue muy ajustada, reflejando la enorme división interna. A la representación de los empresarios le conviene unidad para negociar con un Gobierno que, en general, muestra más sintonía con los sindicatos.
Un gigante chino que marca con sus pasos el signo de los tiempos
Apenas dos meses después de que encallara el gran proyecto industrial europeo de baterías –con la quiebra de Northvolt–, el gigante chino CATL protagoniza la mayor salida a Bolsa del año y, captando 4.000 millones de euros, firma una subida del 16% en su primer día en el parqué hongkonés. Ni la guerra comercial, ni su inclusión en la lista negra del Pentágono –que tiene a la empresa en su mira por sus posibles relaciones con los programas militares chinos– han podido con el coloso asiático, cuya implantación en Europa es una realidad que va a más, gracias en buena parte a los aranceles impuestos por Bruselas (antes, por cierto, de que Trump agitase el tarro del comercio mundial). Son las cosas del nuevo orden económico.
La frase
No sé por qué se considera [el regalo de un Boeing 747 a EE UU] un soborno o un intento de comprar influencia.Tenemos que superar este estereotipo. Muchos países han hecho regalos a EE UU, como Francia con la Estatua de la LibertadMohammed bin Abdulrahman Al-Thani, primer ministro de Qatar
Morir, dormir, tal vez soñar... para resolver problemas o generar ideas
“Morir, dormir... tal vez soñar”, decía Hamlet. El pintor Salvador Dalí soñaba para crear: microsiestas, en concreto. Hasta que se le caía una llave de metal que sujetaba en la mano. Los científicos están analizando esa primera fase del sueño, llamada N1, de entre cinco y diez minutos, en las que la conexión con la realidad aún es alta. Dicen que se pueden resolver problemas matemáticos, o de otro tipo, o generar ideas artísticas. A lo mejor esas personas que se duermen cuando van al teatro o al cine, o asisten a una conferencia, en realidad están haciendo grandes averiguaciones. La clave está en que se despierten en el momento justo, porque si pasan a la segunda fase, N2, lo pensado/soñado puede perderse en el limbo de la mente.