El Banco de España recomienda a la banca extremar la vigilancia sobre la liquidez y el crédito en plena guerra comercial
La subgobernadora del organismo, Soledad Núñez, insiste en la necesidad de garantizar el acceso a los servicios financieros para la población sin una sucursal cercana


La banca necesita reforzar los mecanismos de control y estar preparada ante un eventual deterioro de las condiciones económicas nacionales e internacionales. Así lo ha señalado este miércoles la subgobernadora del Banco de España, Soledad Núñez, durante su intervención en el foro CREO 2025, organizado por Cinco Días y Prisa Media. La economista ha advertido de que el nuevo entorno económico marcado por una reorganización del comercio internacional tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y la reactivación de políticas arancelarias a gran escala abre un periodo de incertidumbre que obliga a la banca a extremar la vigilancia.
Aunque los modelos del Banco de España no proyectan un impacto directo especialmente severo sobre la economía española, la subgobernadora ha sido clara al advertir de los riesgos indirectos que pueden derivarse de la inestabilidad geopolítica, en especial por la vía del canal financiero. La tensión en los flujos de comercio e inversión, y las reacciones en cadena de otras economías europeas, pueden afectar a sectores enteros del tejido empresarial nacional.
De acuerdo con Núñez, “ello obligará al sector bancario a estar vigilante con respecto a la evolución del riesgo de crédito, con especial hincapié en los sectores a priori más expuestos a los cambios en el nuevo orden comercial”. Además, “otros riesgos como el de liquidez o mercado también deben ser objeto de atención como consecuencia de los potenciales impactos provocados por posibles inestabilidades en los mercados financieros a raíz de acontecimientos inesperados”.
Sus palabras vuelven a poner el foco en la incertidumbre que rodea la actualidad económica. Lo que hasta el año pasado era un entorno relativamente previsible para los bancos —con tipos de interés altos, pero claridad de la ruta que llevarían los bancos centrales— ha virado hacia una realidad volátil en la que decisiones políticas externas pueden desencadenar efectos en cascada. El informe anual publicado por el propio organismo hace una semana ya apuntaba en la misma dirección, destacando el riesgo de que el dólar pierda su papel de ancla de las finanzas mundiales y trastoque la estabilidad financiera global.
El mensaje no nace de una preocupación por la debilidad del sistema nacional. Al contrario, Núñez ha defendido que el sector bancario español ha mejorado sustancialmente su posición desde la gran crisis financiera. Los procesos de reestructuración, la adopción de nuevas reglas de solvencia y la integración en el mecanismo único de supervisión han dado lugar a entidades más robustas, con niveles de capital elevados, una morosidad históricamente baja y una rentabilidad por encima de la media europea, según ha recordado en su intervención.
En la misma línea, la subgobernadora ha destacado el rol de la banca en el favorable desempeño de la economía nacional. Ha recordado que, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, el sector financiero aportó más del 5% del valor añadido bruto al país ―por encima de la media europea―y genera algo más del 1% del empleo total. Y ha insistido en que “dentro del sector financiero, que incluye también las actividades de seguros y otros intermediarios financieros, el sector bancario es el más relevante”.
Consolidación bancaria
También es un negocio que se ha distinguido por un acelerado proceso de concentración. Núñez ha evitado hacer cualquier referencia a la opa del BBVA sobre el Banco Sabadell que, de salir adelante, derivará en una de las mayores fusiones en España, creando la segunda mayor entidad. No obstante, durante su discurso sí ha matizado que, al ser la banca un servicio esencial, “es imprescindible que se siga trabajando para facilitar el acceso a aquellos sectores de la población que lo tienen más difícil, ya sea por la existencia de una brecha digital, por la lejanía física a una sucursal bancaria o porque no dispongan de los conocimientos financieros básicos para tomar decisiones económicas adecuadas a sus necesidades”.
La frase cobra relevancia en un contexto en el que la gran banca ha clausurado una de cada dos oficinas bancarias en España en la última década ―pasando de 18.000 a 9.000 establecimientos― y porque se prevé que, de aprobarse la opa del BBVA, esta cifra vaya a más.
Lógica similar aplica a la transición ecológica. Aunque la banca no es un sector intensivo en emisiones, Núñez ha destacado su papel como financiador del resto de áreas productivas y ha insistido en que “financiar adecuadamente esa transición es el papel que debe liderar el sector bancario”, con la existencia de datos y métricas.
La subgobernadora ha defendido el mantenimiento de estándares sólidos de transparencia y ha criticado los intentos de flexibilizar las obligaciones de reporte no financiero. “Considero que cualquier intento de simplificar la presentación de informes de sostenibilidad para las empresas no puede dar lugar a que las métricas y datapoints críticos para gestionar los riesgos relacionados con el clima y la naturaleza, dejen de divulgarse de manera armonizada o sean insuficientes”, ha afirmado.
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