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Repsol: una recuperación apoyada en el dividendo y la adaptación de la actividad

El valor entra en positivo en el año, con el 52% de los consejos en compra. La venta de activos, la exposición al gas y la mejora de la división de exploración y producción respaldan el balance

Logo de Repsol en una estación de servicio.

Repsol ha reconducido su trayectoria en Bolsa. Sufrió, como la inmensa mayoría del mercado, con el inicio de la guerra arancelaria de Donald Trump, pero ha vuelto al punto donde se encontraba. En dos meses ha recuperado el 25% y vuelve a estar en positivo en el año, con un alza de casi el 3%. Esta semana tocó los 12 euros, aún por debajo de los más de 13 euros de los máximos del año.

A pesar de esta mejora, el horizonte no está despejado del todo. La propia compañía ha admitido un “escenario ácido” para 2025 y ha suavizado algunos números; en el primer trimestre registró un resultado neto de 366 millones, un 62,2% menos. El consejero delegado, Josu Jon Imaz, ha asegurado que “Repsol mantendrá una sólida posición financiera y su distribución al accionista en el año, pese a una situación macroeconómico incierta y en constante evolución”.

Ignacio Albizuri, director de mercados de Miraltabank, resume la situación de la energética: “Los beneficios han caído ante una bajada del precio del crudo por el aumento de producción por parte de la OPEP y el endurecimiento de aranceles. Tampoco ayudan las tensiones en las regiones productoras. Aunque el gas compensa buena parte, la debilidad de los márgenes de upstream (exploración y producción) ha resultado en una fuerte contracción de resultados en 2024 y el primer trimestre de 2025. Para paliarlo, la compañía ha reforzado su negocio de refinado y distribución, logrando mitigar parcialmente el impacto negativo del crudo”.

En todo caso, el mercado está alineado con la petrolera en su gran mayoría: el 52% de las recomendaciones son de compra y el 32%, de mantener; un 16%, sin embargo, es partidario de vender, según el consenso que muestra Bloomberg.

En los últimos días se han producido algunas mejoras de la valoración. Morgan Stanley, por ejemplo, la ha elevado el 8%, hasta 14,40 euros, y sus analistas piensan que “la reciente fortaleza de Repsol tan solo ha revertido parte de la debilidad prolongada que llevamos viendo un tiempo”. Detallan cinco aspectos que les hace estar positivos con la petrolera: unos márgenes de refino mejores de lo esperado, la exposición a precios de gas en Henry Hub (sobre el 30% producción) [cuyas previsiones son alcistas], la mejora de la calidad de la fabricación upstream, una situación financiera sólida en un entorno de commodities complicado, y una alta rentabilidad por dividendo (8,14% al precio actual)”.

En Goldman Sachs señalan tres catalizadores para su consejo de compra, con uno de los precios objetivos de consenso más altos: 16 euros. “Una fuerte disciplina de capital favorecida por la aceleración de las ventas de activos (el objetivo de 2025 es de 2.000 millones y el 40% ya está anunciado); la entrega de nuevos proyectos de E&P [exploración y producción] y la reestructuración continua de la división upstream dan como resultado una empresa con menores costes y mayor rentabilidad, y una de las rentabilidades en efectivo para los accionistas más altas del sector”, defienden.

Como factores diferenciales de Repsol con respecto a otras compañías del sector, Ignacio Albizuri cuenta que “ofrece uno de los dividendos más elevados del Ibex, que atrae a inversores defensivos, y ha avanzado en proyectos de ecocombustibles e hidrógeno, mostrando un compromiso creciente con la transición energética. En cambio, su alta intensidad de carbono (la mayor de España en emisiones de CO2) supone un lastre reputacional y regulatorio si no acelera la descarbonización, especialmente frente a players europeos que lideran en eólica, solar y captura de CO2. Además, mientras varios competidores han moderado sus políticas de retribución, Repsol ha mantenido recompras y dividendos agresivos, lo que refuerza el atractivo para el inversor, pero aumenta el riesgo financiero si no mejora el entorno de precios”.

En Divacons AlphaValue matizan en cambio que “si bien la unidad de upstream sigue siendo la principal ancla de los beneficios de Repsol, la debilidad del Brent y de los márgenes de refino limitan la visibilidad del potencial alcista de CFFO [cash flow de operaciones]”. Por tanto, la firma considera que, “sin catalizadores claros en la actividad de downstream ni en renovables, el perfil riesgo/rentabilidad se mantiene a la baja”.

Pago de 0,5 euros  por acción el  próximo 8 de julio

Retribución. La petrolera acaba de celebrar su junta general de accionistas anual y ha acordado el reparto de un dividendo de 0,5 euros brutos que pagará el próximo 8 de julio. La retribución total para este ejercicio ascenderá a los 0,975 euros, lo que supone un aumento de 8,3%; el pasado enero se distribuyeron 0,475 euros por acción. Para 2026 el objetivo es que crezca sobre los 1,06 euros y que en 2027 alcance los 1,10 euros.

Valoración. La valoración de Repsol se ha reconducido y el mercado prevé más potencial. El precio objetivo medio que recoge Bloomberg es de 13,40 euros, lo que deja un recorrido al alza a la acción del 12%. La compañía abandonó la cota de los 13 euros hace casi doce meses, y llegó a marcar mínimos en abril de este año, a la altura de los 9,58 euros. La energética tiene una capitalización de 13.650 millones de euros.

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